Cuando el despertar ocurre, lo que desaparece es el interés por mantener una imagen constante llamada ‘yo’. La imagen nunca podrá ser lo que realmente eres, y cada imagen arde en el horno de la presencia:
“El agradable.”
“El espiritual.”
“El iluminado.”
“El perfecto.”
“El indigno.”
“El fracasado.”
“El culpable.”
Todo ilusiones. Todo profunda y rotundamente insatisfactorio.
¡No eres una imagen! Estás despierto. Estás vivo. Eres indefinible. Eres la Vida Misma. Nada más importa, solo esto.
Ya no tienes miedo de decir tu verdad. Expresas tu verdad no para herir u ofender o demostrar que ‘tienes la razón’, sino porque vivir una vida de mentiras y pretensiones estaba aplastando tu espíritu y haciéndote sentir tan infeliz. Y tu infelicidad estaba infectando a quienes te rodeaban.
Las mentiras te hacen sufrir; solo la verdad te llena de vida.
Ahora, deja que tu sí signifique sí, y que tu no signifique no. Y tu “no sé” es sagrado, también.
Tus seres queridos podrían sentirse decepcionados, heridos, tristes, enojados. Es posible que quieran al ‘antiguo tú’ de vuelta. Podrían decir que estás confundido, loco; que eres inadaptado, egoísta, mentiroso. Podrían dejar de hablarte. Podrían dejar de escucharte para siempre.
Todo eso está bien. Ellos están en su propio camino, y tú en el tuyo. Siente tus sentimientos, dale la bienvenida a tus propias penas y alegrías. Deja que tus pensamientos surjan y se disuelvan como nubes en el cielo.
Nunca has estado aquí por la popularidad. Nunca has estado aquí para ser querido, admirado, aceptado. Nadie tiene que caminar contigo.
Los agravios son parte del juego. Estás descubriendo día a día quiénes son tus verdaderos amigos.
Descubrirás tu verdadera familia, tu verdadera fuente de apoyo, incluso si tienes que alejarte de tu familia biológica por un tiempo, o para siempre. Los viejos amigos podrían desaparecer también. Perdónalos, su infelicidad no es asunto tuyo. Y tu felicidad no es responsabilidad de ellos.
Esto requerirá de valor y capacidad de estar presente. De respirar. De sentir tus pies en el suelo. De saber que no tienes otro remedio más que vivir.
Estás liberándote de generaciones y generaciones de culpa y vergüenza.
Nunca podrías ser lo que ellos quieren que seas.
Tus ‘errores’ son tu victoria.
Puedes sentir miedo, el futuro puede parecer incierto ahora, pero nunca te sentiste tan vivo, tan salvaje y libre, tan preñado de potencial.
– Jeff Foster
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