sábado, 22 de febrero de 2014



¿QUE ES KUNDALINI YOGA?


En Sánscrito, el idioma madre de todas las lenguas, YOGA significa UNIÓN; a su vez KUNDALINI es la energía potencial que viaja por tu columna vertebral, elevando tu conciencia. Kundal, en sánscrito, significa en sentido poético
El Rizo del Amado (Dios).

El Kundalini Yoga es el yoga de la conciencia. Esta es una ciencia y técnica ancestral que une Cuerpo, Mente y Alma. Es la energía potencial de tu conciencia, existe una capacidad dentro de cada ser humano, un potencial máximo
de realización y felicidad que es desarrollado con la práctica
de Kundalini Yoga. Esta es
considerada una de las técnicas de yoga más avanzadas, que permite experimentar los beneficios al poco tiempo de comenzada su práctica.



Beneficios de la práctica de Kundalini Yoga
- Aumento del vigor físico y mental.
- Purifica la sangre.
- Fortalece el sistema nervioso e inmunológico.
- Ayuda a la eliminación de toxinas.
- Desarrolla la concentración.
- Expande la capacidad pulmonar.
- Mejora la flexibilidad de la columna y de las articulaciones.
- Elonga y tonifica los músculos.
- Reconstruye, estimula y equilibra los distintos sistemas orgánicos del cuerpo (circulación, digestión, glandular, linfático, etc.) mejorando con ello la salud y vitalidad.
- Retarda y disminuye los efectos degenerativos propios del paso de los años.


Objetivos de la práctica de Kundalini Yoga
Su práctica está orientada a disminuir el strés, ser una ayuda para superar problemas mentales tales como depresión, ansiedad y adicciones. Aumenta la autoestima y mejora la calidad de vida como también siendo un preventivo de enfermedades físicas y psicosomáticas.

Estructura de una clase de Kundalini Yoga
La sesión de yoga dura 1 hora, aproximadamente, y consta de:
1- Kriya o Asanas: es una secuencia específica de ejercicios físicos combinados con Pranayamas (respiración), Mantras (sonidos y vibraciones que facilitan la concentración y remueven patrones negativos), Mudras (posturas de manos) y Bhandas (contracciones en puntos específicos del cuerpo).
2- Relajación: es aquí donde se asimilan todos los efectos de la serie de yoga y se liberan todas las tensiones físicas y mentales.
3- Meditación: permite purificar la mente y remover patrones negativos.


¿Quienes pueden practicar Kundalini Yoga?
Para practicar Kundalini Yoga no se requiere tener conocimientos previos de Yoga ni tampoco un buen estado físico pues este va mejorando clase a clase.
Kundalini Yoga es para todos, sin discriminar en credos, razas, edad, estado físico, etc.
Kundalini Yoga es un legado para toda la humanidad que al igual que el Sol debe iluminar a todos.

Vestimenta: Un buzo deportivo o ropa holgada para facilitar la circulación. En lo posible es preferible que la tela sea natural y de color blanco para así facilitar la integración energética de los ejercicios y no crear estática.

miércoles, 29 de enero de 2014





La Kundalini de la Tierra y la Cordillera de los Andes


En su libro “Serpiente de Luz”Drunvalo Melchizedek nos dice que la energia Kundalini de la Tierra es comparable a la del ser humano, ya que la Tierra y el cuerpo humano son casi idénticos desde el punto de vista de la energía. No sólo la kundalini es similar, sino que los campos energéticos Mer-ka-ba del planeta y del ser humano (cuerpo de luz) son exactamente iguales, a excepción de su tamaño proporcional. Cada uno de los campos geométricos electromagnéticos del Merkaba de la Tierra es idéntico al de cada uno de los seres humanos que la habita.

En las personas, la energía kundalini se origina en la base de la columna vertebral. Cuando esta energía asciende, cambia nuestra forma de ver o interpretar el mundo que nos rodea. Esta energía está relacionada con nuestro proceso de crecimiento espiritual.

La kundalini de la Tierra está conectada con el centro planetario. Tiene dos polos, uno es el centro mismo del planeta, y el otro se sitúa sobre la superficie. Se traslada por la Tierra igual que lo hace por el cuerpo humano. Es la conciencia de la Tierra misma quien decide dónde se ubicará. Cada 13.000 años la polaridad de la kundalini terrestre cambia al polo opuesto y simultáneamente, cambia su ubicación en la superficie de la Tierra. Este suceso está relacionado con el ciclo de precesión de los equinoccios.

Cuando la Tierra varía su posición con respecto al Centro Galáctico, también varía la ubicación de su kundalini. Esta energía está conectada con los corazones de toda la humanidad, da vida a la espiritualidad humana y ayuda a los seres humanos en su búsqueda de Dios.

 El “arribo” de la kundalini en su nueva ubicación, ya se produjo en el 2002.

Antiguamente tuvo su hogar en Lemuria, luego en la Atlántida, y en los últimos 2000 años estuvo en el Tibet, siendo este lugar el polo espiritual del planeta. Posteriormente fue trasladándose hacia la India, y siguió su movimiento hacia su nuevo hogar en las alturas de los Andes al norte de Chile. Esto marcará un despertar en las personas situadas en las cercanías del nuevo epicentro de reposo de la energía y envía una frecuencia a la red electromagnética que rodea al planeta. Las redes de conciencia se ven afectadas por la Madre Tierra. Finaliza un ciclo marcado por la crisis. Quienes responden a la transformación y entienden la transición sin sentir temor, conocen la clave para trascender desde una realidad a otra.  Luz espiritual femenina resultará manifiesta, y seguirá creciendo durante miles de años más.

No sólo habrá un cambio del poder espiritual del hombre a la mujer, sino también el traslado del poder espiritual desde el Tibet e India hacia Sudamérica, fundamentalmente a Chile, Perú, Bolivia y Argentina.


(del libro Serpiente de Luz, Drunvalo Melchizedek)

sábado, 31 de marzo de 2012



Ciclos del Alma

Karma:
Es la ley de causa y efecto aplicada a las acciones mentales, morales y físicas. El ego nos apega y nos identifica con objetos, sentimientos y pensamientos. Estos apegos crean una predisposición hacia ciertas líneas de acción. En lugar de actuar, reaccionamos. Los karmas son las condiciones requeridas para equilibrar o completar estas tendencias.

Dharma:
Es el camino de la vida por encima de la rueda del karma, alineado con nuestra alma y destino, y en el que todas nuestras acciones están dirigidas hacia el infinito. Es acción sin reacción o karma.

La Reencarnación:
Es el ciclo de nacimiento y muerte incitado por el karma. Nuestros pensamientos y acciones crean causas que deben ser completadas, lo cual crea nuestra siguiente encarnación.

La Liberación:
Es la emancipación del ciclo de nacimiento y muerte. Cuando nuestras acciones ya no crean karma, cuando vivimos en el dharma en lugar del karma, se dice que somos liberados.

Cada causa tiene su efecto. El efecto nunca puede suceder sin una causa, las consecuencias nunca sucederán sin una secuencia. Si una persona puede ser lo suficientemente consciente para reconocer la tendencia de las secuencias, puede controlar las consecuencias.










viernes, 2 de marzo de 2012



Pranayama: respiración lunar


Es importante tener en cuenta el poder de la respiración y saber que adquirir maestría sobre la misma es fundamental para mejorar tu calidad de vida.
Se llama Pranayama a la ciencia de la respiración, el control del movimiento del prana (fuerza vital) por medio del uso de técnicas de respiración.

A pesar de que la respiración es un acto involuntario, también podemos hacer de ella un acto consciente y utilizarla en determinadas ocasiones para obtener beneficios sobre nuestra salud física y mental.

Existen varias técnicas respiratorias, esta vez nos centraremos  en una, la respiración por la fosa nasal izquierda o respiración lunar.
A través del mecanismo de cerrar una de las fosas nasales tenemos una amplia gama de posibilidades para controlar nuestra energía y estados de ánimo.

Primero vamos a ver cómo se relaciona la respiración lunar con los hemisferios del cerebro y sus funciones.

Hemisferio cerebral derecho
El cerebro está constituido por dos hemisferios, el izquierdo y el derecho, separados entre sí pero unidos por una estructura denominada cuerpo calloso que los conecta. Cada uno de los hemisferios cerebrales está especializado en funciones diferentes, cada mitad tiene su propia forma de conocimiento, su propia manera de percibir la realidad externa, incluso podríamos decir que poseen su propia personalidad, siendo ambas mitades complementarias una de la otra.
Además, la relación entre los dos hemisferios y el resto del cuerpo es inversa. Así, el hemisferio derecho se encarga de coordinar el movimiento de la parte izquierda de nuestro cuerpo, y el hemisferio izquierdo coordina la parte derecha.




Cualidades del hemisferio derecho del cerebro Cuando respiramos sólo por la fosa nasal izquierda estamos afectando al hemisferio derecho del cerebro el cual está especializado en sensaciones, sentimientos, y habilidades especiales, visuales y sonoras como las artísticas y musicales. Se encarga de la intuición, de la imaginación y de la creatividad. También de la orientación en el espacio. Este hemisferio nos conecta con el todo, con el universo.



Respiración lunar
Además, la respiración por la fosa nasal izquierda está asociada con la energía lunar que es refrescante y receptiva. Es una respiración que calma, crea empatía y sensibilidad, introduce la energía que expande la mente, la energía relajante y tranquilizadora de la luna. Está relacionada con el Ida, uno de los canales por los que fluye el prana y que es fundamental para el despertar de la kundalini.

Como ves, la respiración lunar te puede traer muchos beneficios, ¡ahora sólo te queda ponerla en práctica!.
Busca un lugar tranquilo, siéntate en una postura cómoda con la columna erguida. Cierra los ojos y lleva tu atención al tercer ojo, el punto situado entre las cejas. Coloca el dedo pulgar de tu mano derecha en el orificio nasal derecho, taponándolo por completo. Comienza una respiración lenta y profunda por la fosa nasal izquierda sin perder la concentración y sintiendo los cambios sutiles que comienzan a producirse en tu interior.
Continúa durante 2 ó 3 minutos como mínimo. Intenta aumentar cada día un poco más el tiempo. Si te apetece, puedes escribir una especie de diario en el que anotes tus sensaciones después de realizar este ejercicio. Será una meditación estupenda.

domingo, 25 de septiembre de 2011

ECKHART TOLLE – Extracto de sus mejores ideas: EL EGO



ECKHART TOLLEEL EGO: EL ESTADO ACTUAL

DE LA HUMANIDAD

Las palabras, ya sean vocalizadas y convertidas en sonido o formuladas silenciosamente en los pensamientos, pueden ejercer un efecto prácticamente hipnótico sobre la persona. Es fácil perdernos en ellas, dejarnos arrastrar por la idea implícita de que el simple hecho de haberle atribuido una palabra a algo equivale a saber lo que ese algo es. La realidad es que no sabemos lo que ese algo es. Solamente hemos ocultado el misterio detrás de un rótu­lo. En últimas, todo escapa al conocimiento: un ave, un árbol, hasta una simple piedra, y sin duda alguna el ser humano. Esto se debe a la profundidad inconmensurable de todas las cosas. Todo aquello que podemos percibir, experimentar o pensar es apenas la capa superficial de la realidad, menos que la punta de un témpano de hielo.

Debajo de la superficie no solamente todo está conectado entre sí, sino que también está conectado con la Fuente de la vida de la cual provino. Hasta una piedra, aunque más fácilmente lo harían una flor o un pájaro, podría mostrarnos el camino de regreso a Dios, a la Fuente, a nuestro propio ser. Cuando observamos o sostenemos una flor o un pájaro y le permitimos ser sin imponerle un sustantivo o una etiqueta mental, se despierta dentro de nosotros una sensación de asombro, de admiración. Su esencia se comunica calladamente con nosotros y nos permite ver, como en un espejo, el reflejo de nuestra propia esencia. Esto es lo que sienten los grandes artistas y logran transmitir a través de sus obras. Van Gogh no dijo: “Esa es sólo una silla vieja”. La observó una y otra vez. Percibió la calidad del ser de la silla. Y entonces se sentó ante el lienzo y tomó el pincel. La silla se habría vendido por unos cuantos dólares. La pintura de esa misma silla se ven­dería hoy por más de $25.000 millones.

Cuando nos abstenemos de tapar el mundo con palabras y rótulos, recuperamos ese sentido de lo milagroso que la humani­dad perdió hace mucho tiempo, cuando en lugar de servirse del pensamiento, se sometió a él. La profundidad retorna a nuestra vida. Las cosas recuperan su frescura y novedad. Y el mayor de los milagros es la experiencia de nuestro ser esencial anterior a las palabras, los pensamientos, los rótulos mentales y las imágenes. Para que esto suceda debemos liberar a nuestro Ser, nuestra sen­sación de Existir, del abrazo sofocante de todas las cosas con las cuales se ha confundido e identificado. Es de ese proceso de liberación del que trata este libro.

Mientras más atentos estamos a atribuir rótulos verbales a las cosas, a las personas o a las situaciones, más superficial e inerte se hace la realidad y más muertos nos sentimos frente a la rea­lidad, a ese milagro de la vida que se despliega continuamente en nuestro interior y a nuestro alrededor. Ese puede ser un camino para adquirir astucia, pero a expensas de la sabiduría que se esfuma junto con la alegría, el amor, la creatividad y la vivacidad. Estos se ocultan en el espacio quieto entre la percepción y la interpretación. Claro está que las palabras y los pensamientos tienen su propia belleza y debemos utilizarlos, pero ¿es preciso que nos dejemos aprisionar en ellos?

Las palabras buscan reducir la realidad a algo que pueda estar al alcance de la mente humana, lo cual no es mucho. El lenguaje consta de cinco sonidos básicos producidos por las cuerdas vocales.Son las vocales “a, e, i, o, u”. Los otros sonidos son las consonan­tes producidas por la presión del aire: “s, f, g”, etcétera. ¿Es po­sible creer que alguna combinación de esos sonidos básicos podría explicar algún día lo que somos o el propósito último del univer­so, o la esencia profunda de un árbol o de una roca?

LA ILUSIÓN DEL SER

La palabra “yo” encierra a la vez el mayor error y la verdad más profunda, dependiendo de la forma como se utilice. En su uso convencional, no solamente es una de las palabras utilizadas más frecuentemente en el lenguaje (junto con otras afines como: “mío” y “mi”), sino también una de las más engañosas. Según la utilizamos en la cotidianidad, la palabra “yo” encierra el error pri­mordial,una percepción equivocada de lo que somos, un falso sentido de identidad. Ese es el ego. Ese sentido ilusorio del ser es lo que Albert Einstein, con su percepción profunda no solamente de la realidad del espacio y el tiempo sino de la naturaleza huma­na, denominó “ilusión óptica de la conciencia”. Esa ilusión del ser se convierte entonces en la base de todas las demás interpretacio­nes o, mejor aún, nociones erradas de la realidad, de todos los procesos de pensamiento, las interacciones y las relaciones. La realidad se convierte en un reflejo de la ilusión original.

La buena noticia es que cuando logramos reconocer la ilusión por lo que es, ésta se desvanece. La ilusión llega a su fin cuando la reconocemos. Cuando vemos lo que no somos, la realidad de lo que somos emerge espontáneamente. Esto es lo que sucederá a medida que usted lee lenta y cuidadosamente este capítulo y el siguiente, los cuales tratan sobre la mecánica del falso yo al cual llamamos ego. Así, ¿cuál es la naturaleza de este falso ser?

Cuando hablamos de “yo” generalmente no nos referimos a lo que somos. Por un acto monstruoso de reduccionismo, la pro­fundidad infinita de lo que somos se confunde con el sonido emitido por las cuerdas vocales o con el pensamiento del yo que tengamos en nuestra mente y lo que sea con lo cual éste se identifique. ¿Entonces a qué se refieren normalmente el yo, el mi y lo mío?

Cuando un bebé aprende que una secuencia de sonidos emi­tidos por las cuerdas vocales de sus padres corresponde a su nom­bre, el niño comienza a asociar la palabra, la cual se convierte en pensamiento en su mente, con lo que él es. En esa etapa, algunos niños se refieren a sí mismos en tercera persona. Felipe tiene hambre”. Poco después aprenden la palabra mágica “yo” y la asocian directamente con su nombre, el cual ya corresponde en su mente a lo que son. Entonces se producen otros pensamientos que se fusionan con ese pensamiento original del “yo”. El paso si­guiente son las ideas de lo que es mío para designar aquellas cosas que son parte del yo de alguna manera. Así sucede la identifica­ción con los objetos, lo cual implica atribuir a las cosas (y en últimas a los pensamientos que representan esas cosas) un sentido de ser, derivando así una identidad a partir de ellas. Cuando se daña o me quitan mi juguete, me embarga un sufrimiento intenso, no porque el juguete tenga algún valor intrínseco (el niño no tarda en perder interés en él y después será reemplazado por otros juguetes y objetos) sino por la idea de lo mío. El juguete se convirtió en parte del sentido del ser, del yo del niño.

Sucede lo mismo a medida que crece el niño, el pensamiento original del “yo” atrae a otros pensamientos: viene la identifica­ción con el género, las pertenencias, la percepción del cuerpo, la nacionalidad, la raza, la religión, la profesión. El Yo también se identifica con otras cosas como las funciones (madre, padre, espo­so, esposa, etcétera), el conocimiento adquirido, las opiniones, los gustos y disgustos, y también con las cosas que me pasaron a “mí” en el pasado, el recuerdo de las cuales son pensamientos que contribuyen a definir aún más mi sentido del ser como “yo y mi historia”. Estas son apenas algunas de las cosas de las cuales de­rivamos nuestra identidad. En últimas no son más que pensa­mientos sostenidos precariamente por el hecho de que todos com­parten la misma noción del ser. Esta interpretación mental es a la que normalmente nos referimos cuando decimos “yo”. Para ser más exactos, la mayoría de las veces no somos nosotros quienes hablamos cuando decimos y pensamos el “Yo”, sino algún aspec­to de la interpretación mental, del ser egotista. Una vez acaecido el despertar continuamos hablando de “yo”, pero con una noción emanada de un plano mucho más profundo de nuestro ser inte­rior.

La mayoría de las personas continúa identificándose con el torrente incesante de la mente, el pensamiento compulsivo, prin­cipalmente repetitivo y banal. No hay un yo aparte de los proce­sos de pensamiento y de las emociones que los acompañan. Eso es lo que significa vivir en la inconciencia espiritual. Cuando se les dice que tienen una voz en la cabeza que no calla nunca, pregun­tan, “¿cuál voz?” o la niegan airadamente, obviamente con esa voz, desde quien piensa, desde la mente no observada. A esa voz casi podría considerársela como la entidad que ha tomado pose­sión de las personas.

Algunas personas nunca olvidan la primera vez que dejaron de identificarse con sus pensamientos y experimentaron brevemente el cambio, cuando dejaron de ser el contenido de su mente para ser la conciencia de fondo. Para otras personas sucede de una manera tan sutil que casi no la notan, o apenas perciben una corriente de alegría o paz interior, sin comprender la razón.

LA VOZ DE LA MENTE

En mi caso, ese primer destello de conciencia se manifestó siendo estudiante de primer año en la Universidad de Londres. Solía tomar el metro dos veces a la semana para ir a la biblioteca de la universidad, generalmente a eso de las nueve de la mañana, terminando la hora de la congestión. Una vez me senté al frente de una mujer de unos treinta años. La había visto otras veces en el mismo tren. Era imposible no fijarse en ella. Aunque el tren estaba lleno, nadie ocupaba los dos asientos al lado de ella, sin duda porque parecía demente. Se veía extremadamente tensa y hablaba sola sin parar, en tono fuerte y airado. Iba tan absorta en sus pensamientos que, al parecer, no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Llevaba la cabeza inclinada hacia abajo y ligeramente hacia la izquierda, como si conversara con alguien que estuviera en el asiento vacío de al lado. Aunque no recuerdo el contenido exacto de su monólogo, era algo así: “Y entonces ella me dijo… y yo le contesté que era una mentirosa y cómo te atreves a acusarme… cuando eres tú quien siempre se ha aprove­chado de mi… Confié en ti y tú traicionaste mi confianza…”. Tenía el tono airado de alguien a quien se ha ofendido y que necesita defender su posición para no ser aniquilado.

Cuando el tren se aproximaba a la estación de Tottenham Court Road, se puso de pie y se dirigió a la puerta sin dejar de pronunciar el torrente incesante de palabras que salían de su boca. Como era también mi parada, me bajé del tren detrás de ella. Ya en la calle comenzó a caminar hacia Bedford Square, todavía inmersa en su diálogo imaginario, acusando y afirmando rabiosamente su posición. Lleno de curiosidad, la seguí mientras conti­nuó en la misma dirección en la que yo debía ir. Aunque iba absorta en su diálogo imaginario, aparentemente sabía cuál era su destino. No tardamos en llegar a la estructura imponente de Senate House, un edificio de los años 30 en el cual se alojaban las oficinas administrativas y la biblioteca de la Universidad. Sentí un estre­mecimiento. ¿Era posible que nos dirigiéramos para el mismo sitio? Exactamente, era hacia allá que se dirigía. ¿Era profesora, estudiante, oficinista, bibliotecaria? Iba a unos veinte pasos de distancia de tal manera que cuando rebasé la puerta del edificio (el cual fue, irónicamente, la sede de la “Policía de la mente” en la versión cinematográfica de 1984, la novela de George Orwell), había desaparecido dentro de uno de los ascensores.

Me sentí desconcertado con lo que venía de presenciar. A mis 25 años sentía que era un estudiante maduro en proceso de convertirme en intelectual y estaba convencido de poder dilucidar todos los dilemas de la existencia humana a través del intelecto, es decir, a través del pensamiento. No me había dado cuenta de que pensar inconscientemente es el principal dilema de la existencia humana. Pensaba que los profesores eran sabios poseedores de todas las respuestas y que la Universidad era el templo del conocimiento. ¿Cómo podía una demente como ella formar parte de eso? Seguía pensando en ella cuando entré al cuarto de baño antes de dirigirme a la biblioteca. Mientras me lavaba las manos, pensé, “Espero no terminar como ella”. El hombre que estaba a mi lado me miró por un instante y me sobresalté al darme cuenta de que no había pensado las palabras sino que las había pronunciado en voz alta. Por Dios, ya estoy como ella”, pensé. ¿Acaso no estaba tan activa mi mente como la de ella? Las diferencias entre los dos eran mínimas. La emoción predominante era la ira, mientras que en mi caso era principalmente la ansiedad. Ella pensaba en voz alta. Yo pensaba, principalmente, dentro de mi cabeza. Si ella estaba loca, entonces todos estábamos locos, incluido yo mismo. Las diferencias eran solamente cuestión de grado.

Por un momento pude distanciarme de mi mente y verla, como quien dice, desde una perspectiva más profunda. Hubo un paso breve del pensamiento a la conciencia. Continuaba en el cuarto de baño, ya solo, y me miraba en el espejo. En ese momen­to en que pude separarme de mi mente, solté la risa. Pudo haber sonado como la risa de un loco, pero era la risa de la cordura, la risa del Buda del vientre grande. “La vida no es tan seria como la mente pretende hacérmelo creer”, parecía ser el mensaje de la risa. Pero fue solamente un destello que se olvidaría rápidamente. Pasaría los siguientes tres años de mi vida en un estado de angus­tia y depresión, completamente identificado con mi mente. Tuve que llegar casi hasta el suicidio para que regresara la conciencia y, en esa ocasión, no fue apenas un destello. Me liberé del pensa­miento compulsivo y del yo falso ideado por la mente.

El incidente que acabo de narrar no solamente fue mi primer destello de conciencia, sino que también sembró en mi la duda acerca de la validez absoluta del intelecto humano. Unos meses más tarde sucedió una tragedia que acrecentó mis dudas. Un lunes llegamos temprano en la mañana para asistir a la conferencia de un profesor al que admiraba profundamente, sólo para enterarnos de que se había suicidado de un disparo durante el fin de semana. Quedé anonadado. Era un profesor muy respetado, quien parecía tener todas las respuestas. Sin embargo, yo todavía no conocía ninguna otra alternativa que no fuera cultivar el pensamiento. Todavía no me daba cuenta de que pensar es solamente un aspec­to minúsculo de la conciencia y tampoco sabía nada sobre el ego y menos aún sobre la posibilidad de detectarlo en mi interior.

CONTENIDO Y ESTRUCTURA DEL EGO

La mente egotista está completamente condicionada por el pasado. Su condicionamiento es doble y consta de contenido y estructura.

Para el niño que llora amargamente porque ya no tiene su juguete, éste representa el contenido. Es intercambiable con cualquier otro contenido, otro juguete u objeto. El contenido con el cual nos identificamos está condicionado por el entorno, la crianza y la cultura que nos rodea. El hecho de que sea un niño rico o
pobre, o que el juguete sea un trozo de madera en forma de animal o un aparato electrónico sofisticado no tiene importancia en lo que se refiere al sufrimiento provocado por su pérdida. La razón por la que se produce ese sufrimiento agudo está oculta en la palabra “mío” y es estructural. La compulsión inconsciente de promover nuestra identidad a través de la asociación con un objeto es parte integral de la estructura misma de la mente egotista.

Una de las estructuras mentales básicas a través de la cual entra en existencia el ego es la identificación. El vocablo “identificación” viene del latín “ídem” que significa “igual” y “facere” que significa “hacer”. Así, cuando nos identificamos con algo, lo hacemos igual. ¿Igual a qué? Igual al yo. Dotamos a ese algo de
un sentido de ser, de tal manera que se convierte en parte de nuestra “identidad”. En uno de los niveles más básicos de iden­tificación están las cosas: el juguete se convierte después en el automóvil, la casa, la ropa, etcétera. Tratamos de hallarnos en las cosas pero nunca lo logramos del todo y terminamos perdiéndo­nos en ellas. Ese es el destino del ego.

LA IDENTIFICACIÓN CON LAS COSAS

Quienes trabajan en la industria de la publicidad saben muy bien que para vender cosas que las personas realmente no necesitan deben convencerlas de que esas cosas aportarán algo a la forma como se ven a sí mismas o como las perciben los demás, en otras palabras, que agregarán a su sentido del ser. Lo hacen, por ejemplo, afirmando que podremos sobresalir entre la multitud utilizando el producto en cuestión y, por ende, que estaremos más completos. O crean la asociación mental entre el producto y un personaje famoso o una persona joven, atractiva o aparentemente feliz. Hasta las fotografías de las celebridades ancianas o fallecidas cuando estaban en la cima de sus carreras cumplen bien con ese propósito. El supuesto tácito es que al comprar el producto llegamos, gracias a un acto mágico de apropiación, a ser como ellos o, más bien, como su imagen superficial. Por tanto, en muchos casos no compramos un producto sino un “refuerzo para nuestra identidad”. Las etiquetas de los diseñadores son principalmente identidades colectivas a las cuales nos afiliamos. Son costosas y, por tanto, “exclusivas”. Si estuvieran al alcance de todo el mundo, perderían su valor psico­lógico y nos quedaríamos solamente con su valor material, el cual seguramente equivale a una fracción del precio pagado.

Las cosas con las cuales nos identificamos varían de una per­sona a otra de acuerdo con la edad, el género, los ingresos, la clase social, la moda, la cultura, etcétera. Aquello con lo cual nos iden­tificamos tiene relación con el contenido; por otra parte, la com­pulsión inconsciente por identificarse es estructural. Esta es una de las formas más elementales como opera la mente egotista.

Paradójicamente, lo que sostiene a la llamada sociedad de consumo es el hecho mismo de que el intento por reconocernos en las cosas no funciona: la satisfacción del ego dura poco y en­tonces continuamos con la búsqueda y seguimos comprando y consumiendo.

Claro está que en esta dimensión física en la cual habita nuestro ser superficial, las cosas son necesarias y son parte inevitable de la vida. Necesitamos vivienda, ropa, muebles, herramientas, transporte. Quizás haya también cosas que valoramos por su belleza o sus cualidades inherentes. Debemos honrar el mundo de las cosas en lugar de despreciarlo. Cada cosa tiene una cualidad de Ser, es una forma temporal originada dentro de la Vida Única informe fuente de todas las cosas, todos los cuerpos y todas las formas. En la mayoría de las culturas antiguas se creía que todas las cosas, hasta los objetos inanimados, alojaban un espíritu y, en este sen­tido, estaban más cerca de la verdad que nosotros. Cuando se vive en un mundo aletargado por la abstracción mental, no se percibe la vida del universo. La mayoría de las personas no viven en una realidad viva sino conceptualizada.

Pero no podemos honrar realmente las cosas si las utilizamos para fortalecer nuestro ser, es decir, si tratamos de encontrarnos a través de ellas. Eso es exactamente lo que hace el ego. La iden­tificación del ego con las cosas da lugar al apego y la obsesión, los cuales crean a su vez la sociedad de consumo y las estructuras económicas donde la única medida de progreso es tener siempre más. El deseo incontrolado de tener más, de crecer incesantemente, es una disfunción y una enfermedad. Es la misma disfunción que manifiestan las células cancerosas cuya única finalidad es multiplicarse sin darse cuenta de que están provocando su propia destrucción al destruir al organismo del cual forman parte. Algu­nos economistas están tan apegados a la noción de crecimiento que no pueden soltar la palabra y entonces hablan de “crecimien­to negativo” para referirse a la recesión.

Muchas personas agotan buena parte de su vida en la preocu­pación obsesiva por las cosas. Es por eso que uno de los males de nuestros tiempos es la proliferación de los objetos. Cuando perdemos la capacidad de sentir esa vida que somos, lo más probable es que tratemos de llenar la vida con cosas. A manera de práctica espiritual, le sugiero investigar su relación con el mundo de las cosas observándose a si mismo y, en particular, observando las cosas designadas con la palabra “mi”. Debe mantenerse alerta y ver honestamente si su sentido de valía está ligado a sus posesio­nes. ¿Hay cosas que inducen una sensación sutil de importancia o superioridad? ¿Acaso la falta de esas cosas le hace sentir inferior a otras personas que poseen más que usted? ¿Menciona casualmente las cosas que posee o hace alarde de ellas para aparecer superior a los ojos de otra persona y, a través de ella, a sus pro­pios ojos? ¿Siente ira o resentimiento cuando alguien tiene más que usted o cuando pierde un bien preciado?

miércoles, 15 de junio de 2011

Qué es Kundalini Yoga




Kundalini Yoga es un yoga dinámico, perfecto para los tiempos que corren.

Combina las posturas estáticas del Yoga tradicional con una gran cantidad de ejercicios en movimiento. Por lo que te gustará tanto si quieres relajarte como si lo que prefieres es moverte.

El dinamismo de los ejercicios, el poder de la respiración, la sensación de bienestar de la relajación y la experiencia de la meditación, están diseñadas para proporcionarte una experiencia distinta en cada clase.

Cada clase es distinta a la anterior y en cada una obtendrás unos beneficios concretos a la vez que flexibilizas el cuerpo y te mantienes en forma.

Es práctico y útil para cualquier persona, sin importar su edad, condición física o dedicación en la vida, haber practicado antes otro tipo de Yoga, ni tener un cuerpo estilizado.

Puedes comenzar tu práctica sin ninguna experiencia previa.

Cada clase de Kundalini Yoga está diseñada para darte una experiencia distinta cada día, porque cada clase es distinta a la anterior y está pensada para aportarte unos beneficios específicos en cada una de ellas:

- Para combatir el estrés.
- Para el sistema nervioso, glandular, circulatorio...
- Para aprender a respirar mejor y aumentar la capacidad pulmonar.
- Para los problemas de la espalda.
- Para incrementar la vitalidad física y mental.
- Para combatir el insomnio.
- Para relajarnos totalmente.
- Etc.

Al final de la clase te sentirás relajado y lleno de energía.

Es divertido, interesante, fundamental, exigente, potente - En una palabra necesario. ¿Por qué? La mayoría de hombres y mujeres quieren descubrir su potencial, cuál es su verdadera capacidad, y necesitan de una técnica completa y dinámica que les ilusione, e inspire cada día.

Pocas cosas nos preparan en la vida para ser buenos profesores, padres, madres, compañeros o ejecutivos. Además de esta demanda que puede ser desaenlentadoras, es esencial lograr un equilibrio personal que nos permita mantener nuestro cuerpo en forma, nuestra mente estable y nuestros pensamientos completamente claros.

Kundalini Yoga puede proveer esta chispa que necesitas y empujarte hacia el bienestar y el éxito.

Kundalini Yoga es una técnica rápida y eficaz. Miles de personas que han tenido y tienen, confirman este hecho, porque cada día son los alumnos que descubren que Kundalini Yoga es el tipo de Yoga que estaban buscando.

Representan un cambio positivo y auténtico en tu estilo de vida. Son cualidades esenciales para triunfar en la vida, permitiéndote comprobr la profundidad de tu ser, propocionánte en cada instante la confianza, motivación y responsabilidad para lograr con total desarrollar con total claridad lo mejor de ti mismo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Kundalini Yoga


¿QUE ES KUNDALINI YOGA?
En Sánscrito, el idioma madre de todas las lenguas, YOGA significa UNIÓN; a su vez KUNDALINI es la energía potencial que viaja por tu columna vertebral, elevando tu conciencia. Kundal, en sánscrito, significa en sentido poético
El Rizo del Amado (Dios).
El Kundalini Yoga es el yoga de la conciencia. Esta es una ciencia y técnica ancestral que une Cuerpo, Mente y Alma. Es la energía potencial de tu conciencia, existe una capacidad dentro de cada ser humano, un potencial máximo
de realización y felicidad que es desarrollado con la práctica
de Kundalini Yoga. Esta es
considerada una de las técnicas de yoga más avanzadas, que permite experimentar los beneficios al poco tiempo de comenzada su práctica.
Beneficios de la práctica de Kundalini Yoga
- Aumento del vigor físico y mental.
- Purifica la sangre.
- Fortalece el sistema nervioso e inmunológico.
- Ayuda a la eliminación de toxinas.
- Desarrolla la concentración.
- Expande la capacidad pulmonar.
- Mejora la flexibilidad de la columna y de las articulaciones.
- Elonga y tonifica los músculos.
- Reconstruye, estimula y equilibra los distintos sistemas orgánicos del cuerpo (circulación, digestión, glandular, linfático, etc.) mejorando con ello la salud y vitalidad.
- Retarda y disminuye los efectos degenerativos propios del paso de los años.
Objetivos de la práctica de Kundalini Yoga
Su práctica está orientada a disminuir el stress, ser una ayuda para superar problemas mentales tales como depresión, ansiedad y adicciones. Aumenta la autoestima y mejora la calidad de vida como también siendo un preventivo de enfermedades físicas y psicosomáticas.
Estructura de una clase de Kundalini Yoga
La sesión de yoga dura 1 hora, aproximadamente, y consta de:
1- Kriya o Asanas: es una secuencia específica de ejercicios físicos combinados con Pranayamas (respiración), Mantras (sonidos y vibraciones que facilitan la concentración y remueven patrones negativos), Mudras (posturas de manos) y Bhandas (contracciones en puntos específicos del cuerpo).
2- Relajación: es aquí donde se asimilan todos los efectos de la serie de yoga y se liberan todas las tensiones físicas y mentales.
3- Meditación: permite purificar la mente y remover patrones negativos.
¿Quienes pueden practicar Kundalini Yoga?
Para practicar Kundalini Yoga no se requiere tener conocimientos previos de Yoga ni tampoco un buen estado físico pues este va mejorando clase a clase.
Kundalini Yoga es para todos, sin discriminar en credos, razas, edad, estado físico, etc.
Kundalini Yoga es un legado para toda la humanidad que al igual que el Sol debe iluminar a todos.
Vestimenta: Un buzo deportivo o ropa holgada para facilitar la circulación. En lo posible es preferible que la tela sea natural y de color blanco para así facilitar la integración energética de los ejercicios y no crear estática.

Kundalini Yoga en Primavera

El Equinoccio de primavera representa el despertar de la tierra después del reposo invernal. Un renacimiento que nos recarga de vitalidad.  ...