sábado, 31 de marzo de 2012



Ciclos del Alma

Karma:
Es la ley de causa y efecto aplicada a las acciones mentales, morales y físicas. El ego nos apega y nos identifica con objetos, sentimientos y pensamientos. Estos apegos crean una predisposición hacia ciertas líneas de acción. En lugar de actuar, reaccionamos. Los karmas son las condiciones requeridas para equilibrar o completar estas tendencias.

Dharma:
Es el camino de la vida por encima de la rueda del karma, alineado con nuestra alma y destino, y en el que todas nuestras acciones están dirigidas hacia el infinito. Es acción sin reacción o karma.

La Reencarnación:
Es el ciclo de nacimiento y muerte incitado por el karma. Nuestros pensamientos y acciones crean causas que deben ser completadas, lo cual crea nuestra siguiente encarnación.

La Liberación:
Es la emancipación del ciclo de nacimiento y muerte. Cuando nuestras acciones ya no crean karma, cuando vivimos en el dharma en lugar del karma, se dice que somos liberados.

Cada causa tiene su efecto. El efecto nunca puede suceder sin una causa, las consecuencias nunca sucederán sin una secuencia. Si una persona puede ser lo suficientemente consciente para reconocer la tendencia de las secuencias, puede controlar las consecuencias.










viernes, 2 de marzo de 2012



Pranayama: respiración lunar


Es importante tener en cuenta el poder de la respiración y saber que adquirir maestría sobre la misma es fundamental para mejorar tu calidad de vida.
Se llama Pranayama a la ciencia de la respiración, el control del movimiento del prana (fuerza vital) por medio del uso de técnicas de respiración.

A pesar de que la respiración es un acto involuntario, también podemos hacer de ella un acto consciente y utilizarla en determinadas ocasiones para obtener beneficios sobre nuestra salud física y mental.

Existen varias técnicas respiratorias, esta vez nos centraremos  en una, la respiración por la fosa nasal izquierda o respiración lunar.
A través del mecanismo de cerrar una de las fosas nasales tenemos una amplia gama de posibilidades para controlar nuestra energía y estados de ánimo.

Primero vamos a ver cómo se relaciona la respiración lunar con los hemisferios del cerebro y sus funciones.

Hemisferio cerebral derecho
El cerebro está constituido por dos hemisferios, el izquierdo y el derecho, separados entre sí pero unidos por una estructura denominada cuerpo calloso que los conecta. Cada uno de los hemisferios cerebrales está especializado en funciones diferentes, cada mitad tiene su propia forma de conocimiento, su propia manera de percibir la realidad externa, incluso podríamos decir que poseen su propia personalidad, siendo ambas mitades complementarias una de la otra.
Además, la relación entre los dos hemisferios y el resto del cuerpo es inversa. Así, el hemisferio derecho se encarga de coordinar el movimiento de la parte izquierda de nuestro cuerpo, y el hemisferio izquierdo coordina la parte derecha.




Cualidades del hemisferio derecho del cerebro Cuando respiramos sólo por la fosa nasal izquierda estamos afectando al hemisferio derecho del cerebro el cual está especializado en sensaciones, sentimientos, y habilidades especiales, visuales y sonoras como las artísticas y musicales. Se encarga de la intuición, de la imaginación y de la creatividad. También de la orientación en el espacio. Este hemisferio nos conecta con el todo, con el universo.



Respiración lunar
Además, la respiración por la fosa nasal izquierda está asociada con la energía lunar que es refrescante y receptiva. Es una respiración que calma, crea empatía y sensibilidad, introduce la energía que expande la mente, la energía relajante y tranquilizadora de la luna. Está relacionada con el Ida, uno de los canales por los que fluye el prana y que es fundamental para el despertar de la kundalini.

Como ves, la respiración lunar te puede traer muchos beneficios, ¡ahora sólo te queda ponerla en práctica!.
Busca un lugar tranquilo, siéntate en una postura cómoda con la columna erguida. Cierra los ojos y lleva tu atención al tercer ojo, el punto situado entre las cejas. Coloca el dedo pulgar de tu mano derecha en el orificio nasal derecho, taponándolo por completo. Comienza una respiración lenta y profunda por la fosa nasal izquierda sin perder la concentración y sintiendo los cambios sutiles que comienzan a producirse en tu interior.
Continúa durante 2 ó 3 minutos como mínimo. Intenta aumentar cada día un poco más el tiempo. Si te apetece, puedes escribir una especie de diario en el que anotes tus sensaciones después de realizar este ejercicio. Será una meditación estupenda.

domingo, 25 de septiembre de 2011

ECKHART TOLLE – Extracto de sus mejores ideas: EL EGO



ECKHART TOLLEEL EGO: EL ESTADO ACTUAL

DE LA HUMANIDAD

Las palabras, ya sean vocalizadas y convertidas en sonido o formuladas silenciosamente en los pensamientos, pueden ejercer un efecto prácticamente hipnótico sobre la persona. Es fácil perdernos en ellas, dejarnos arrastrar por la idea implícita de que el simple hecho de haberle atribuido una palabra a algo equivale a saber lo que ese algo es. La realidad es que no sabemos lo que ese algo es. Solamente hemos ocultado el misterio detrás de un rótu­lo. En últimas, todo escapa al conocimiento: un ave, un árbol, hasta una simple piedra, y sin duda alguna el ser humano. Esto se debe a la profundidad inconmensurable de todas las cosas. Todo aquello que podemos percibir, experimentar o pensar es apenas la capa superficial de la realidad, menos que la punta de un témpano de hielo.

Debajo de la superficie no solamente todo está conectado entre sí, sino que también está conectado con la Fuente de la vida de la cual provino. Hasta una piedra, aunque más fácilmente lo harían una flor o un pájaro, podría mostrarnos el camino de regreso a Dios, a la Fuente, a nuestro propio ser. Cuando observamos o sostenemos una flor o un pájaro y le permitimos ser sin imponerle un sustantivo o una etiqueta mental, se despierta dentro de nosotros una sensación de asombro, de admiración. Su esencia se comunica calladamente con nosotros y nos permite ver, como en un espejo, el reflejo de nuestra propia esencia. Esto es lo que sienten los grandes artistas y logran transmitir a través de sus obras. Van Gogh no dijo: “Esa es sólo una silla vieja”. La observó una y otra vez. Percibió la calidad del ser de la silla. Y entonces se sentó ante el lienzo y tomó el pincel. La silla se habría vendido por unos cuantos dólares. La pintura de esa misma silla se ven­dería hoy por más de $25.000 millones.

Cuando nos abstenemos de tapar el mundo con palabras y rótulos, recuperamos ese sentido de lo milagroso que la humani­dad perdió hace mucho tiempo, cuando en lugar de servirse del pensamiento, se sometió a él. La profundidad retorna a nuestra vida. Las cosas recuperan su frescura y novedad. Y el mayor de los milagros es la experiencia de nuestro ser esencial anterior a las palabras, los pensamientos, los rótulos mentales y las imágenes. Para que esto suceda debemos liberar a nuestro Ser, nuestra sen­sación de Existir, del abrazo sofocante de todas las cosas con las cuales se ha confundido e identificado. Es de ese proceso de liberación del que trata este libro.

Mientras más atentos estamos a atribuir rótulos verbales a las cosas, a las personas o a las situaciones, más superficial e inerte se hace la realidad y más muertos nos sentimos frente a la rea­lidad, a ese milagro de la vida que se despliega continuamente en nuestro interior y a nuestro alrededor. Ese puede ser un camino para adquirir astucia, pero a expensas de la sabiduría que se esfuma junto con la alegría, el amor, la creatividad y la vivacidad. Estos se ocultan en el espacio quieto entre la percepción y la interpretación. Claro está que las palabras y los pensamientos tienen su propia belleza y debemos utilizarlos, pero ¿es preciso que nos dejemos aprisionar en ellos?

Las palabras buscan reducir la realidad a algo que pueda estar al alcance de la mente humana, lo cual no es mucho. El lenguaje consta de cinco sonidos básicos producidos por las cuerdas vocales.Son las vocales “a, e, i, o, u”. Los otros sonidos son las consonan­tes producidas por la presión del aire: “s, f, g”, etcétera. ¿Es po­sible creer que alguna combinación de esos sonidos básicos podría explicar algún día lo que somos o el propósito último del univer­so, o la esencia profunda de un árbol o de una roca?

LA ILUSIÓN DEL SER

La palabra “yo” encierra a la vez el mayor error y la verdad más profunda, dependiendo de la forma como se utilice. En su uso convencional, no solamente es una de las palabras utilizadas más frecuentemente en el lenguaje (junto con otras afines como: “mío” y “mi”), sino también una de las más engañosas. Según la utilizamos en la cotidianidad, la palabra “yo” encierra el error pri­mordial,una percepción equivocada de lo que somos, un falso sentido de identidad. Ese es el ego. Ese sentido ilusorio del ser es lo que Albert Einstein, con su percepción profunda no solamente de la realidad del espacio y el tiempo sino de la naturaleza huma­na, denominó “ilusión óptica de la conciencia”. Esa ilusión del ser se convierte entonces en la base de todas las demás interpretacio­nes o, mejor aún, nociones erradas de la realidad, de todos los procesos de pensamiento, las interacciones y las relaciones. La realidad se convierte en un reflejo de la ilusión original.

La buena noticia es que cuando logramos reconocer la ilusión por lo que es, ésta se desvanece. La ilusión llega a su fin cuando la reconocemos. Cuando vemos lo que no somos, la realidad de lo que somos emerge espontáneamente. Esto es lo que sucederá a medida que usted lee lenta y cuidadosamente este capítulo y el siguiente, los cuales tratan sobre la mecánica del falso yo al cual llamamos ego. Así, ¿cuál es la naturaleza de este falso ser?

Cuando hablamos de “yo” generalmente no nos referimos a lo que somos. Por un acto monstruoso de reduccionismo, la pro­fundidad infinita de lo que somos se confunde con el sonido emitido por las cuerdas vocales o con el pensamiento del yo que tengamos en nuestra mente y lo que sea con lo cual éste se identifique. ¿Entonces a qué se refieren normalmente el yo, el mi y lo mío?

Cuando un bebé aprende que una secuencia de sonidos emi­tidos por las cuerdas vocales de sus padres corresponde a su nom­bre, el niño comienza a asociar la palabra, la cual se convierte en pensamiento en su mente, con lo que él es. En esa etapa, algunos niños se refieren a sí mismos en tercera persona. Felipe tiene hambre”. Poco después aprenden la palabra mágica “yo” y la asocian directamente con su nombre, el cual ya corresponde en su mente a lo que son. Entonces se producen otros pensamientos que se fusionan con ese pensamiento original del “yo”. El paso si­guiente son las ideas de lo que es mío para designar aquellas cosas que son parte del yo de alguna manera. Así sucede la identifica­ción con los objetos, lo cual implica atribuir a las cosas (y en últimas a los pensamientos que representan esas cosas) un sentido de ser, derivando así una identidad a partir de ellas. Cuando se daña o me quitan mi juguete, me embarga un sufrimiento intenso, no porque el juguete tenga algún valor intrínseco (el niño no tarda en perder interés en él y después será reemplazado por otros juguetes y objetos) sino por la idea de lo mío. El juguete se convirtió en parte del sentido del ser, del yo del niño.

Sucede lo mismo a medida que crece el niño, el pensamiento original del “yo” atrae a otros pensamientos: viene la identifica­ción con el género, las pertenencias, la percepción del cuerpo, la nacionalidad, la raza, la religión, la profesión. El Yo también se identifica con otras cosas como las funciones (madre, padre, espo­so, esposa, etcétera), el conocimiento adquirido, las opiniones, los gustos y disgustos, y también con las cosas que me pasaron a “mí” en el pasado, el recuerdo de las cuales son pensamientos que contribuyen a definir aún más mi sentido del ser como “yo y mi historia”. Estas son apenas algunas de las cosas de las cuales de­rivamos nuestra identidad. En últimas no son más que pensa­mientos sostenidos precariamente por el hecho de que todos com­parten la misma noción del ser. Esta interpretación mental es a la que normalmente nos referimos cuando decimos “yo”. Para ser más exactos, la mayoría de las veces no somos nosotros quienes hablamos cuando decimos y pensamos el “Yo”, sino algún aspec­to de la interpretación mental, del ser egotista. Una vez acaecido el despertar continuamos hablando de “yo”, pero con una noción emanada de un plano mucho más profundo de nuestro ser inte­rior.

La mayoría de las personas continúa identificándose con el torrente incesante de la mente, el pensamiento compulsivo, prin­cipalmente repetitivo y banal. No hay un yo aparte de los proce­sos de pensamiento y de las emociones que los acompañan. Eso es lo que significa vivir en la inconciencia espiritual. Cuando se les dice que tienen una voz en la cabeza que no calla nunca, pregun­tan, “¿cuál voz?” o la niegan airadamente, obviamente con esa voz, desde quien piensa, desde la mente no observada. A esa voz casi podría considerársela como la entidad que ha tomado pose­sión de las personas.

Algunas personas nunca olvidan la primera vez que dejaron de identificarse con sus pensamientos y experimentaron brevemente el cambio, cuando dejaron de ser el contenido de su mente para ser la conciencia de fondo. Para otras personas sucede de una manera tan sutil que casi no la notan, o apenas perciben una corriente de alegría o paz interior, sin comprender la razón.

LA VOZ DE LA MENTE

En mi caso, ese primer destello de conciencia se manifestó siendo estudiante de primer año en la Universidad de Londres. Solía tomar el metro dos veces a la semana para ir a la biblioteca de la universidad, generalmente a eso de las nueve de la mañana, terminando la hora de la congestión. Una vez me senté al frente de una mujer de unos treinta años. La había visto otras veces en el mismo tren. Era imposible no fijarse en ella. Aunque el tren estaba lleno, nadie ocupaba los dos asientos al lado de ella, sin duda porque parecía demente. Se veía extremadamente tensa y hablaba sola sin parar, en tono fuerte y airado. Iba tan absorta en sus pensamientos que, al parecer, no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Llevaba la cabeza inclinada hacia abajo y ligeramente hacia la izquierda, como si conversara con alguien que estuviera en el asiento vacío de al lado. Aunque no recuerdo el contenido exacto de su monólogo, era algo así: “Y entonces ella me dijo… y yo le contesté que era una mentirosa y cómo te atreves a acusarme… cuando eres tú quien siempre se ha aprove­chado de mi… Confié en ti y tú traicionaste mi confianza…”. Tenía el tono airado de alguien a quien se ha ofendido y que necesita defender su posición para no ser aniquilado.

Cuando el tren se aproximaba a la estación de Tottenham Court Road, se puso de pie y se dirigió a la puerta sin dejar de pronunciar el torrente incesante de palabras que salían de su boca. Como era también mi parada, me bajé del tren detrás de ella. Ya en la calle comenzó a caminar hacia Bedford Square, todavía inmersa en su diálogo imaginario, acusando y afirmando rabiosamente su posición. Lleno de curiosidad, la seguí mientras conti­nuó en la misma dirección en la que yo debía ir. Aunque iba absorta en su diálogo imaginario, aparentemente sabía cuál era su destino. No tardamos en llegar a la estructura imponente de Senate House, un edificio de los años 30 en el cual se alojaban las oficinas administrativas y la biblioteca de la Universidad. Sentí un estre­mecimiento. ¿Era posible que nos dirigiéramos para el mismo sitio? Exactamente, era hacia allá que se dirigía. ¿Era profesora, estudiante, oficinista, bibliotecaria? Iba a unos veinte pasos de distancia de tal manera que cuando rebasé la puerta del edificio (el cual fue, irónicamente, la sede de la “Policía de la mente” en la versión cinematográfica de 1984, la novela de George Orwell), había desaparecido dentro de uno de los ascensores.

Me sentí desconcertado con lo que venía de presenciar. A mis 25 años sentía que era un estudiante maduro en proceso de convertirme en intelectual y estaba convencido de poder dilucidar todos los dilemas de la existencia humana a través del intelecto, es decir, a través del pensamiento. No me había dado cuenta de que pensar inconscientemente es el principal dilema de la existencia humana. Pensaba que los profesores eran sabios poseedores de todas las respuestas y que la Universidad era el templo del conocimiento. ¿Cómo podía una demente como ella formar parte de eso? Seguía pensando en ella cuando entré al cuarto de baño antes de dirigirme a la biblioteca. Mientras me lavaba las manos, pensé, “Espero no terminar como ella”. El hombre que estaba a mi lado me miró por un instante y me sobresalté al darme cuenta de que no había pensado las palabras sino que las había pronunciado en voz alta. Por Dios, ya estoy como ella”, pensé. ¿Acaso no estaba tan activa mi mente como la de ella? Las diferencias entre los dos eran mínimas. La emoción predominante era la ira, mientras que en mi caso era principalmente la ansiedad. Ella pensaba en voz alta. Yo pensaba, principalmente, dentro de mi cabeza. Si ella estaba loca, entonces todos estábamos locos, incluido yo mismo. Las diferencias eran solamente cuestión de grado.

Por un momento pude distanciarme de mi mente y verla, como quien dice, desde una perspectiva más profunda. Hubo un paso breve del pensamiento a la conciencia. Continuaba en el cuarto de baño, ya solo, y me miraba en el espejo. En ese momen­to en que pude separarme de mi mente, solté la risa. Pudo haber sonado como la risa de un loco, pero era la risa de la cordura, la risa del Buda del vientre grande. “La vida no es tan seria como la mente pretende hacérmelo creer”, parecía ser el mensaje de la risa. Pero fue solamente un destello que se olvidaría rápidamente. Pasaría los siguientes tres años de mi vida en un estado de angus­tia y depresión, completamente identificado con mi mente. Tuve que llegar casi hasta el suicidio para que regresara la conciencia y, en esa ocasión, no fue apenas un destello. Me liberé del pensa­miento compulsivo y del yo falso ideado por la mente.

El incidente que acabo de narrar no solamente fue mi primer destello de conciencia, sino que también sembró en mi la duda acerca de la validez absoluta del intelecto humano. Unos meses más tarde sucedió una tragedia que acrecentó mis dudas. Un lunes llegamos temprano en la mañana para asistir a la conferencia de un profesor al que admiraba profundamente, sólo para enterarnos de que se había suicidado de un disparo durante el fin de semana. Quedé anonadado. Era un profesor muy respetado, quien parecía tener todas las respuestas. Sin embargo, yo todavía no conocía ninguna otra alternativa que no fuera cultivar el pensamiento. Todavía no me daba cuenta de que pensar es solamente un aspec­to minúsculo de la conciencia y tampoco sabía nada sobre el ego y menos aún sobre la posibilidad de detectarlo en mi interior.

CONTENIDO Y ESTRUCTURA DEL EGO

La mente egotista está completamente condicionada por el pasado. Su condicionamiento es doble y consta de contenido y estructura.

Para el niño que llora amargamente porque ya no tiene su juguete, éste representa el contenido. Es intercambiable con cualquier otro contenido, otro juguete u objeto. El contenido con el cual nos identificamos está condicionado por el entorno, la crianza y la cultura que nos rodea. El hecho de que sea un niño rico o
pobre, o que el juguete sea un trozo de madera en forma de animal o un aparato electrónico sofisticado no tiene importancia en lo que se refiere al sufrimiento provocado por su pérdida. La razón por la que se produce ese sufrimiento agudo está oculta en la palabra “mío” y es estructural. La compulsión inconsciente de promover nuestra identidad a través de la asociación con un objeto es parte integral de la estructura misma de la mente egotista.

Una de las estructuras mentales básicas a través de la cual entra en existencia el ego es la identificación. El vocablo “identificación” viene del latín “ídem” que significa “igual” y “facere” que significa “hacer”. Así, cuando nos identificamos con algo, lo hacemos igual. ¿Igual a qué? Igual al yo. Dotamos a ese algo de
un sentido de ser, de tal manera que se convierte en parte de nuestra “identidad”. En uno de los niveles más básicos de iden­tificación están las cosas: el juguete se convierte después en el automóvil, la casa, la ropa, etcétera. Tratamos de hallarnos en las cosas pero nunca lo logramos del todo y terminamos perdiéndo­nos en ellas. Ese es el destino del ego.

LA IDENTIFICACIÓN CON LAS COSAS

Quienes trabajan en la industria de la publicidad saben muy bien que para vender cosas que las personas realmente no necesitan deben convencerlas de que esas cosas aportarán algo a la forma como se ven a sí mismas o como las perciben los demás, en otras palabras, que agregarán a su sentido del ser. Lo hacen, por ejemplo, afirmando que podremos sobresalir entre la multitud utilizando el producto en cuestión y, por ende, que estaremos más completos. O crean la asociación mental entre el producto y un personaje famoso o una persona joven, atractiva o aparentemente feliz. Hasta las fotografías de las celebridades ancianas o fallecidas cuando estaban en la cima de sus carreras cumplen bien con ese propósito. El supuesto tácito es que al comprar el producto llegamos, gracias a un acto mágico de apropiación, a ser como ellos o, más bien, como su imagen superficial. Por tanto, en muchos casos no compramos un producto sino un “refuerzo para nuestra identidad”. Las etiquetas de los diseñadores son principalmente identidades colectivas a las cuales nos afiliamos. Son costosas y, por tanto, “exclusivas”. Si estuvieran al alcance de todo el mundo, perderían su valor psico­lógico y nos quedaríamos solamente con su valor material, el cual seguramente equivale a una fracción del precio pagado.

Las cosas con las cuales nos identificamos varían de una per­sona a otra de acuerdo con la edad, el género, los ingresos, la clase social, la moda, la cultura, etcétera. Aquello con lo cual nos iden­tificamos tiene relación con el contenido; por otra parte, la com­pulsión inconsciente por identificarse es estructural. Esta es una de las formas más elementales como opera la mente egotista.

Paradójicamente, lo que sostiene a la llamada sociedad de consumo es el hecho mismo de que el intento por reconocernos en las cosas no funciona: la satisfacción del ego dura poco y en­tonces continuamos con la búsqueda y seguimos comprando y consumiendo.

Claro está que en esta dimensión física en la cual habita nuestro ser superficial, las cosas son necesarias y son parte inevitable de la vida. Necesitamos vivienda, ropa, muebles, herramientas, transporte. Quizás haya también cosas que valoramos por su belleza o sus cualidades inherentes. Debemos honrar el mundo de las cosas en lugar de despreciarlo. Cada cosa tiene una cualidad de Ser, es una forma temporal originada dentro de la Vida Única informe fuente de todas las cosas, todos los cuerpos y todas las formas. En la mayoría de las culturas antiguas se creía que todas las cosas, hasta los objetos inanimados, alojaban un espíritu y, en este sen­tido, estaban más cerca de la verdad que nosotros. Cuando se vive en un mundo aletargado por la abstracción mental, no se percibe la vida del universo. La mayoría de las personas no viven en una realidad viva sino conceptualizada.

Pero no podemos honrar realmente las cosas si las utilizamos para fortalecer nuestro ser, es decir, si tratamos de encontrarnos a través de ellas. Eso es exactamente lo que hace el ego. La iden­tificación del ego con las cosas da lugar al apego y la obsesión, los cuales crean a su vez la sociedad de consumo y las estructuras económicas donde la única medida de progreso es tener siempre más. El deseo incontrolado de tener más, de crecer incesantemente, es una disfunción y una enfermedad. Es la misma disfunción que manifiestan las células cancerosas cuya única finalidad es multiplicarse sin darse cuenta de que están provocando su propia destrucción al destruir al organismo del cual forman parte. Algu­nos economistas están tan apegados a la noción de crecimiento que no pueden soltar la palabra y entonces hablan de “crecimien­to negativo” para referirse a la recesión.

Muchas personas agotan buena parte de su vida en la preocu­pación obsesiva por las cosas. Es por eso que uno de los males de nuestros tiempos es la proliferación de los objetos. Cuando perdemos la capacidad de sentir esa vida que somos, lo más probable es que tratemos de llenar la vida con cosas. A manera de práctica espiritual, le sugiero investigar su relación con el mundo de las cosas observándose a si mismo y, en particular, observando las cosas designadas con la palabra “mi”. Debe mantenerse alerta y ver honestamente si su sentido de valía está ligado a sus posesio­nes. ¿Hay cosas que inducen una sensación sutil de importancia o superioridad? ¿Acaso la falta de esas cosas le hace sentir inferior a otras personas que poseen más que usted? ¿Menciona casualmente las cosas que posee o hace alarde de ellas para aparecer superior a los ojos de otra persona y, a través de ella, a sus pro­pios ojos? ¿Siente ira o resentimiento cuando alguien tiene más que usted o cuando pierde un bien preciado?

miércoles, 15 de junio de 2011

Qué es Kundalini Yoga




Kundalini Yoga es un yoga dinámico, perfecto para los tiempos que corren.

Combina las posturas estáticas del Yoga tradicional con una gran cantidad de ejercicios en movimiento. Por lo que te gustará tanto si quieres relajarte como si lo que prefieres es moverte.

El dinamismo de los ejercicios, el poder de la respiración, la sensación de bienestar de la relajación y la experiencia de la meditación, están diseñadas para proporcionarte una experiencia distinta en cada clase.

Cada clase es distinta a la anterior y en cada una obtendrás unos beneficios concretos a la vez que flexibilizas el cuerpo y te mantienes en forma.

Es práctico y útil para cualquier persona, sin importar su edad, condición física o dedicación en la vida, haber practicado antes otro tipo de Yoga, ni tener un cuerpo estilizado.

Puedes comenzar tu práctica sin ninguna experiencia previa.

Cada clase de Kundalini Yoga está diseñada para darte una experiencia distinta cada día, porque cada clase es distinta a la anterior y está pensada para aportarte unos beneficios específicos en cada una de ellas:

- Para combatir el estrés.
- Para el sistema nervioso, glandular, circulatorio...
- Para aprender a respirar mejor y aumentar la capacidad pulmonar.
- Para los problemas de la espalda.
- Para incrementar la vitalidad física y mental.
- Para combatir el insomnio.
- Para relajarnos totalmente.
- Etc.

Al final de la clase te sentirás relajado y lleno de energía.

Es divertido, interesante, fundamental, exigente, potente - En una palabra necesario. ¿Por qué? La mayoría de hombres y mujeres quieren descubrir su potencial, cuál es su verdadera capacidad, y necesitan de una técnica completa y dinámica que les ilusione, e inspire cada día.

Pocas cosas nos preparan en la vida para ser buenos profesores, padres, madres, compañeros o ejecutivos. Además de esta demanda que puede ser desaenlentadoras, es esencial lograr un equilibrio personal que nos permita mantener nuestro cuerpo en forma, nuestra mente estable y nuestros pensamientos completamente claros.

Kundalini Yoga puede proveer esta chispa que necesitas y empujarte hacia el bienestar y el éxito.

Kundalini Yoga es una técnica rápida y eficaz. Miles de personas que han tenido y tienen, confirman este hecho, porque cada día son los alumnos que descubren que Kundalini Yoga es el tipo de Yoga que estaban buscando.

Representan un cambio positivo y auténtico en tu estilo de vida. Son cualidades esenciales para triunfar en la vida, permitiéndote comprobr la profundidad de tu ser, propocionánte en cada instante la confianza, motivación y responsabilidad para lograr con total desarrollar con total claridad lo mejor de ti mismo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Kundalini Yoga


¿QUE ES KUNDALINI YOGA?
En Sánscrito, el idioma madre de todas las lenguas, YOGA significa UNIÓN; a su vez KUNDALINI es la energía potencial que viaja por tu columna vertebral, elevando tu conciencia. Kundal, en sánscrito, significa en sentido poético
El Rizo del Amado (Dios).
El Kundalini Yoga es el yoga de la conciencia. Esta es una ciencia y técnica ancestral que une Cuerpo, Mente y Alma. Es la energía potencial de tu conciencia, existe una capacidad dentro de cada ser humano, un potencial máximo
de realización y felicidad que es desarrollado con la práctica
de Kundalini Yoga. Esta es
considerada una de las técnicas de yoga más avanzadas, que permite experimentar los beneficios al poco tiempo de comenzada su práctica.
Beneficios de la práctica de Kundalini Yoga
- Aumento del vigor físico y mental.
- Purifica la sangre.
- Fortalece el sistema nervioso e inmunológico.
- Ayuda a la eliminación de toxinas.
- Desarrolla la concentración.
- Expande la capacidad pulmonar.
- Mejora la flexibilidad de la columna y de las articulaciones.
- Elonga y tonifica los músculos.
- Reconstruye, estimula y equilibra los distintos sistemas orgánicos del cuerpo (circulación, digestión, glandular, linfático, etc.) mejorando con ello la salud y vitalidad.
- Retarda y disminuye los efectos degenerativos propios del paso de los años.
Objetivos de la práctica de Kundalini Yoga
Su práctica está orientada a disminuir el stress, ser una ayuda para superar problemas mentales tales como depresión, ansiedad y adicciones. Aumenta la autoestima y mejora la calidad de vida como también siendo un preventivo de enfermedades físicas y psicosomáticas.
Estructura de una clase de Kundalini Yoga
La sesión de yoga dura 1 hora, aproximadamente, y consta de:
1- Kriya o Asanas: es una secuencia específica de ejercicios físicos combinados con Pranayamas (respiración), Mantras (sonidos y vibraciones que facilitan la concentración y remueven patrones negativos), Mudras (posturas de manos) y Bhandas (contracciones en puntos específicos del cuerpo).
2- Relajación: es aquí donde se asimilan todos los efectos de la serie de yoga y se liberan todas las tensiones físicas y mentales.
3- Meditación: permite purificar la mente y remover patrones negativos.
¿Quienes pueden practicar Kundalini Yoga?
Para practicar Kundalini Yoga no se requiere tener conocimientos previos de Yoga ni tampoco un buen estado físico pues este va mejorando clase a clase.
Kundalini Yoga es para todos, sin discriminar en credos, razas, edad, estado físico, etc.
Kundalini Yoga es un legado para toda la humanidad que al igual que el Sol debe iluminar a todos.
Vestimenta: Un buzo deportivo o ropa holgada para facilitar la circulación. En lo posible es preferible que la tela sea natural y de color blanco para así facilitar la integración energética de los ejercicios y no crear estática.

martes, 7 de septiembre de 2010

Sat Kriya



Sat Kriya es uno de los pocos ejercicios que es una acción completa en sí misma. Esa es la connotación de la palabra kriya: una acción o una serie de acciones que completa un proceso y tiene un resultado predecible.
Siéntate en Vajrasana: sobre los talones, los talones descansan lo mas cerca posible el uno del otro, sobre el vértice de los isquiones, en el centro de los glúteos. Las rodillas permanecen juntas, la columna recta. Estira los brazos hacia arriba de modo que abracen los lados de la cabeza. Entrelaza todos los dedos excepto los índices que apuntan hacia arriba. Las palmas deben permanecer juntas desde la base a lo largo de todo el ejercicio. Concéntrate en el entrecejo.
Comienza a cantar SAT NAM con un ritmo constante de aproximadamente 8 veces cada 10 segundos. Canta el sonido SAT desde el punto del ombligo. Siente la presión desde el centro del 3° chakra. Mientras lo dices jala el punto umbilical (nabhi chakra, tres dedos debajo del ombligo físico) hacia la columna y hacia arriba simultáneamente. Canta el sonido NAM mientras relajas el abdomen. El enfoque mental del sonido NAM puede ser en el punto del ombligo o en el entrecejo.
Durante el canto la columna permanece recta, sin moverse durante la contracción umbilical. No hay flexiones espinales, ni pélvicas.
Continúa de 3 a 31 minutos. Al terminar inhala, contrae "Mulbhand" (contrae los músculos del esfínter anal, genital y punto umbilical hacia adentro y arriba) y gentilmente aprieta los músculos desde los glúteos hacia arriba a lo largo de la columna. Suspende la respiración brevemente mientras te concentras en el área justamente sobre el ápice del cráneo. Luego exhala completamente. Inhala, exhala totalmente, suspende la respiración afuera y aplica "Mahaband" (contrae el piso pélvico, contrae el diafragma, sume la barbilla hacia atrás) y aprieta todos los músculos desde los glúteos hasta el cuello durante 5 a 20 segundos, de acuerdo a tu capacidad. Al terminar relájate.
Al principio practica este kriya por 3 minutos. Enfoca tu atención de modo que puedas perfeccionar la forma, el ritmo y la concentración y vayas mejorando el tiempo y los efectos. Comienza con ciclos de 3 minutos de Sat Kriya seguidos de 2 minutos de relajación. Repite ese ciclo de 3 a 5 veces. Ve aumentando gradualmente, cambia los ciclos a 5 minutos de Sat Kriya y 5 minutos de descanso. Posteriormente agrega de 3 a 5 minutos más, conforme te vas sintiendo cómodo. Gradualmente te sentirás capacitado para hacerlo 31 minutos.
Si lo practicas como un kriya en sí mismo, idealmente la relajación posterior debería durar el mismo tiempo que lo practicas.
A mucha gente se le dificulta sentarse sobre los talones debido a problemas de rodilla o de tobillos. En ese caso Sat Kriya puede practicarse en la posición de piernas cruzadas. Los efectos no serán tan fuertes, ni tan precisos. Si pruebas las dos posiciones, podrás sentir la diferencia en el ángulo y el movimiento de la pelvis.
Comentario: El impacto principal de Sat Kriya es la tonificación del cuerpo, es excelente para trastornos digestivos y para trascender los miedos. Calma desódenes emocionales y es particularmente efectivo en casos de depresión. Una de las acciones primarias de Sat Kriya es equilibrar las energías de los chakras, mezclando prana y apana en el punto del ombligo.
Sat Kriya permite que los chakras inferiores se unan y actúen al unísono y se canalicen las energías creativas y sexuales del cuerpo. Todo el sistema sexual se estimula y fortalece, se relaja y cesan muchas fobias respecto al comportamiento sexual. Es también un estimulante de la energía Kundalini para despertarla de su fase durmiente en la base de la columna. (4° vértebra lumbar).



martes, 19 de enero de 2010

Prana y el recorrido de la Kundalini






Al analizar los chakras estamos analizando necesariamente los aspectos sutiles de estos centros. De hecho los chakras son centros de actividad de una fuerza sutil y vital denominada Sukshma Prana (prana sutil) y está interelacionada con los centros nerviosos Simpático, Parasimpático y Central.
Los sistemas nerviosos simpático y parasimpático son semicontrolables o semivoluntarios, como el sistema respiratorio. La respiración normal es automática, si bien puede también ser controlada. De igual modo, mediante los movimientos de las asanas o posturas del yoga, podemos aumentar la energía de ambos sistemas. La cantidad de energía existente en el sistema nervioso central no puede ser controlada de ese modo.
De la misma manera que el sistema nervioso central del cuerpo físico se compone de la médula espinal que conduce al cerebro, su equivalente en el cuerpo energético, el Sushumna, es la columna vertical dentro de la cual están localizados los siete chakras. Mientras que la función de la médula espinal es transmitir los impulsos entre el cerebro y las otras partes del cuerpo, por los canales del Sushumna circula la energía de la fuerza vital universal hacia y desde los chakras de la Raíz y la Corona.
Fisiológicamente, "Píngala" corresponde al sistema nervioso simpático, "Ida" corresponde al sistema nervioso parasimpático y "Shushuma" al sistema nervioso central. Se trata de los tres principales Nadis o canales de energía de nuestro cuerpo.
Ida es el canal izquierdo, portador de corrientes lunares, es de naturaleza femenina y almacén de la energía maternal que produce la vida. Ida es nutridor y purificador. Representa la respiración izquierda. La izquierda se describe en los tantras como de naturaleza magnética, femenina, visual y emocional. La respiración especifica por la ventana izquierda de la nariz excita al nadi Ida, y sus agentes químicos nutritivos purificarán la química corporal, lo que es beneficioso para la meditación. El nadi Ida es el responsable de la recuperación de la energía del cerebro.
Píngala es el canal derecho, portador de las corrientes solares, es de naturaleza masculina, y reserva de la energía destructiva. Píngala representa la respiración derecha. La derecha es de naturaleza eléctrica, masculina, verbal y racional. El nadi Píngala vuelve el cuerpo físico más dinámico y eficaz. Es el nadi que proporciona más vitalidad y potencia masculina. La predominancia de la ventana derecha es recomendable para las actividades físicas, trabajos temporales, discusiones y debates. Píngala es de naturaleza rajasika (energética)
El Yoga afirma que Ida y Píngala operan conjuntamente. La fusión de las energías de Ida y Píngala produce energía que es almacenada en el cuerpo y puede ser liberada para suministrar energía eléctrica al sistema nervioso central. A través del sistema nervioso central, esta energía puede ser suministrada a cada parte del cuerpo. La unión de Ida y Píngala en nuestro organismo produce una nueva energía. Se trata de la energía de Shushuma, que se conoce con el nombre de "Kundalini". Kundalini reside en el chakra base, enrollada tres vueltas y media alrededor de Muladhara. Es el potencial inherente en la materia, la fuerza femenina primordial creativa y la fuerza evolutiva de la conciencia humana.
En la mayoría de las personas permanece en estado de somnolencia, durmiendo pacíficamente enroscada en su refugio de la columna vertebral. Su nombre deriva de la palabra Kundala que significa "enrollada". Cuando despierta, comienza a subir, chakra a chakra, hasta alcanzar la corona en la cima del cráneo. A medida que atraviesa cada chakra activa la región correspondiente y puede abrir los chakras. Si consigue completar su recorrido hasta el chakra corona se dice que el sujeto ha alcanzado la iluminación o goce espiritual. La Kundalini es, por lo general, una experiencia única y poderosa cuyo resultado es un cambio profundo de la conciencia. Este cambio se describe como una lucidez aumentada, una mayor amplitud del entendimiento, una sensación de ingravidez, una felicidad trascendente. Kundalini es el concepto universal de una poderosa fuerza iluminadora. Pero llegar a tal estado de conciencia no siempre es una ayuda para andar por un mundo en donde no predomina la "iluminación" precisamente. Esta discrepancia puede originar bastante malestar, lo cual no siempre es evitable.
En esencia, la Kundalini es salutífera y si duele es porque tropieza con tensiones e impurezas. Pero si primero abrimos los chakras, le franqueamos el camino y posiblemente el proceso no sea tan doloroso. El dolor que encontramos en el camino resulta sólo de la propia resistencia y de las impurezas que la Kundalini debe quemar para poder alcanzar su objetivo. La elevación de la energía hacia los chakras superiores se produce de una manera espontánea cuando entramos en relajación profunda y prestamos atención a todos nuestros chakras. El afán de obtener la ascensión forzada de la energía suele producir tensión, agotamiento y sensación de intolerancia o irritabilidad frente a quienes nos rodean.
La Kundalini se produce de una manera natural cuando está despejado y exento de impedimentos el canal que conecta todos los chakras. De hecho los chakras funcionan como inhibidores de la Kundalini, cuya actividad regulan de tal manera que puede ser canalizada razonablemente, de lo contrario tal actividad quemaría el organismo que experimenta esa Kundalini.
En nuestro estado presente de iluminación los chakras propiamente dichos no son obstáculos, sino más bien peldaños de una escalera. No obstante en algunos casos, la presencia de pautas no resueltas dentro de los chakras produce innecesarios bloqueos de esa fuerza vital.
El primer obstáculo para la ascensión de Kundalini, que obstruye el camino hacia los centros superiores, es Granthi Brahma y está localizado en el primer chakra, el Muladhara. Brahma es el creador de este mundo de nombres y formas, y por tanto se da a este nudo el nombre de nudo de Brahma. El deshacer este nudo nos lbera de las ataduras causadas por el compromiso, y hasta que no lo deshagamos no podremos meditar con eficacia. Este nudo crea inquietud e impide a la mente volverse unidireccional.
El segundo obstáculo es el Granthi Vishnú y está localizado en el área del chakra Anahata, el chakra del corazón. Este nudo produce karuna (compasión), unión con el bien cósmico, y un fuerte deseo de ayudar a la humanidad que sufre. Esta unión a la compasión nos hace afiliarnos a órdenes y organizaciones espirituales. Es el nudo que crea el deseo de conservar el conocimiento antiguo, las tradiciones, las instituciones y órdenes espirituales. Este compromiso se ve fortalecido e inspirado por el chakra del corazón: el chakra de la devoción, la fe y el amor. Tras deshacer el nudo de Vishnú se va más alla del compromiso causado por los vínculos emocionales con las tradiciones, lo que se presenta como lealtad ante una orden particular. Aquí se disuelve el ego individual y prevalece la voluntad de Dios. Uno no se siente ya responsable ante los elementos particulares del mundo de los nombres y las formas, pues comprende plenamente su naturaleza ilusoria.
El tercer obstáculo es Granthi Rudra y está localizado en el área del tercer ojo. Es el último nudo, y tras deshacerlo se puede acceder al éxtasis. Aquí se cruzan los Nadis Ida y Píngala desintegrándose respectivamente en las ventanas de la nariz izquierda y derecha. Como canales solares y lunares, Ida y Píngala están unidos al tiempo. Tras este cruzamiento en el chakra Ajña, se disuelve la conciencia atada por el tiempo y se puede establecer en el infinito.
En resumen, Granthi Brahma está relacionado con el cuerpo físico y con el mundo de los nombres y las formas. Es el apego al placer. Granthi Vishnü está relacionado con el cuerpo astral, y con el mundo de las emociones. Es el apego a los sentimientos. Granthi Rudra está relacionado con el cuerpo causal, y con el mundo del pensamiento, las ideas, las visiones e intuiciones. Es el apego a lo preestablecido, son los prejuicios.
El requisito básico para despertar la Kundalini es la purificación del cuerpo y la mente. La purificación es un dispositivo destinado a liberar todo el sistema de las toxinas acumuladas. Como el cuerpo y la mente trabajan siempre en coordinación, la purificación del cuerpo ayuda a la de la mente, y viceversa.
Hay muchos modos de limpiar profundamente el cuerpo. El ayurveda, la ciencia india de la medicina, prescribe el ayuno como el método más eficaz.
Patanjali identificó ocho ramas igualmente esenciales para el progreso de refinar la mente:
Yama (es evitar la mala conducta)
Niyama (es practicar una conducta virtuosa)
Asanas (son las posturas físicas)
Pranayamas (es la regulación de la respiración)
Pratyahara (es la abstención de las sensaciones)
Dharana (es la concentración)
Dhyana (es la meditación)
Samadhi (es la unión del sujeto y el objeto)
Además existen dispositivos para cerrar las áreas en las que la energía se ha contenido temporalmente, de forma que pueda dirigirse por el camino que lleva a abrir a Sushumna y despertar la kundalini. Estos son : los Mudras y los Bandhas.
Los Mudras Sirven para canalizar la energía creada por el asana y el pranayama hacía los centros psíquicos (chakras), colaborando en el despertar de la energía espiritual (kundalini). constituyen el paso previo de la meditación y sus efectos más directos con la estabilización emocional y la concentración interiorizada. Conviene resaltar también su alto valor terapéutico en gran número de desórdenes físicos y psicosomáticos. Estos son sus principales efectos:
Generan y conservan el prana.
Purifican los canales energéticos.
Permiten tomar conciencia de la circulación pránica y dirigirla a voluntad.
Estabilizan el equilibrio energético.
Activan los chakras.
Controlan el prana y permiten el despertar de Kundalini.
Repercuten intensamente en el nivel emocional y en el psiquismo, aportando estabilidad emocional y mental.
Inducen a estados de interiorización, concentración y meditación.
Los Bhandas Son contracciones musculares que ayudan a concentrar la energía del cuerpo para la autocuración y la elevación de la conciencia. Un bandha, tiene la misión de cerrar la salida o entrada de energía de un chakra. Cerrando los nudos o Granthis, que regulan las cinco manifestaciones de la energía vital.
Tenemos tres nudos: En el entrecejo se haya el llamado Brumadhya. En el centro de la glándula del timo se encuentra otro de los "nudos" y se activa a través de la garganta, abriendo o cerrando el núcleo de la garganta. El tercero es el ombligo que se bloquea con la contracción abdominal o de los esfínteres.
Estos tres puntos sanan o matan. Ahí residen los tres lingams del cuerpo, los tres poderes del cuerpo.

Existen cuantro cerraduras esenciales en la práctica del Kundalini Yoga que son :
  • Mul Bandha (cerradura raíz).
  • Uddiyana Bandha (cerradura del diafragma.
  • Jalandhara Bandha (cerradura del cuello)
  • Maha Bandha o "gran cerradura" (cerradura de todos los Bandhas).
Unas cerraduras se aplican durante los ejercicios y otras que se realizan, por ejemplo, después de haber realizado un kriya. Lo que se hace es contraer determinadas partes del cuerpo para que la energía que se está trabajando durante el ejercicio circule por todos los chakras.
muchos vínculos entre Kundalini y los arquetipos religiosos y culturales. La comparación entre una serpiente y Kundalini procede de la naturaleza de su movimiento, que es como el de una serpiente, y en su estado de reposo esta enroscada durmiendo. En Egipto, los faraones llevaban símbolos de serpientes sobre el chakra del tercer ojo para representar su estado divino. En el Génesis es una serpiente la que incita a Adán y Eva a probar el fruto del árbol del conocimiento. Este episodio simboliza el inicio de Kundalini, instigando así el conflicto interior entre las necesidades materiales y el deseo espiritual de lograr estados de conciencia superiores. Incluso hoy en día, la serpiente enroscada alrededor de un cetro forma el símbolo del caduceo que es el emblema de las profesiones médicas. La semejanza entre el caduceo y la representación de Ida y Píngala enroscada alrededor de la columna central Sushumna es demasiado evidente para atribuirla a una coincidencia. La serpiente ha sido un símbolo arquetípico en muchas culturas de todo el mundo, con significados como iluminación, inmortalidad y camino de comunicación con los dioses.




Kundalini Yoga en Primavera

El Equinoccio de primavera representa el despertar de la tierra después del reposo invernal. Un renacimiento que nos recarga de vitalidad.  ...